Reducir comidas fuera de casa, usar los medios de transporte de forma eficiente o ahorrar energía ayuda a ajustar el presupuesto
¡No llego a fin de mes! Esta es una de las quejas más escuchadas en calles, bares y oficinas. El problema es que si antes de la crisis se oían estos comentarios en torno al día 25, hoy se profieren antes de que llegue el 15. El paro y el descenso de los ingresos familiares han hecho que los ciudadanos se aprieten el cinturón una y otra vez sin lograr llegar al día 30 sin pasar estrecheces. Aunque en ocasiones no quede una partida doméstica en la que ahorrar, eliminar una serie de hábitos adquiridos en tiempos mejores puede ayudar a que estas dificultades desaparezcan.
Qué pasos dar
El primer paso para recortar gastos sería pensar en todos los actos que se hacen de forma cotidiana y detectar cuáles generan un desembolso que podría reducirse. Es aconsejable escribirlos en un borrador y después hacer una lista. En ella figurará el dinero que se llevan a diario estos hábitos y, junto con ellos, qué ahorro supondría dejar de hacerlos o sustituirlos por prácticas más baratas. La lista se puede colocar en un lugar visible, como el frigorífico, y es posible añadir cómo puede ayudar a llegar a fin de mes para, entre otras cosas, pagar la hipoteca sin pedir dinero prestado.
Otro modo de intentar gastar menos consiste en ahorrar cada día en una hucha transparente el dinero que no se gasta por haber modificado los hábitos. Si el ahorro deja de ser abstracto para estar presente, será más difícil desistir.